15/5/12

#Feliz15M

Siempre he dicho que creo en las personas, en las que luchan porque todas gocemos de los mismos derechos y los defienden. Hoy hace un año que miles de personas me demostraron que no estaba equivocada, que mereció la pena la espera.
Cada día, había un infinidad de situaciones injustas que nos pasaban y que las veíamos desde fuera, como en un escaparate, como si no nos repercutieran. Digo que mereció la pena la espera, porque cuando sucedió el despertar colectivo, la recompensa de ver a tantas personas, tan diferentes, exponiendo sus ideas en espacios públicos recuperados, y creando juntas algo que hasta ese momento era impensable, fue inmensa. No soy capaz de describir todo lo que se amontonó en mi pecho, con vosotras he llorado de felicidad y he reído de cabreo. Ese día, fue el día en que dimos un paso más, y las plazas dejaron de ser simples lugares por los que pasear y pasaron a ser espacios reivindicados para hablar de lo que a la ciudadanía le pasaba y le interesaba.

Esto, no lo he vivido sola, para mí una de las cosas más importantes es que lo he vivido en familia, dentro de la que incluyo a mis amistades de siempre. A mi me han dado las 4 de la madrugada con mi madre o con mi tía en Sol (y no de fiesta precisamente). De la mano de mi hermano he gritado de rabia contra este sistema. Mi padre se cabrea cuando nos llaman "perroflautas" despectivamente, y yo le digo que no se enfade, que a mi la palabra perroflauta me encanta. Y mi pareja y yo, compartimos cabreo, codo a codo, en las calles de Madrid y de Valladolid. 
Pero no sólo lo he vivido en familia, en esa que nos ha tocado o elegimos, hoy, un año después, mi familia se ha ampliado y forma parte de ella cada persona que día a día lucha desde cada barrio, desde cada ciudad, desde cada país. Quiero hacer una mención especial a la Asamblea de Majadahonda, porque he conocido personas maravillosas que han sido apoyo cuando las cosas se torcían, porque hemos compartido mucho más que asambleas, hemos compartido emociones y eso, no se olvida. Siempre me han recibido con un abrazo y una sonrisa a pesar de la distancia, y me han demostrado en un año mucho más, que muchas conocidas de "toda la vida".
La asamblea hizo que muchas que nos conocíamos de vista del pueblo, nos sentáramos a reflexionar cosas importantes y lucháramos por cambiarlas. La asamblea ha reinventado la palabra amistad.

Cada una, con nuestras prioridades, diferencias, puntos de vista, pero haciendo esfuerzos por escucharnos activamente y poner la vista en lo que nos une. Cada día, intentando que más gente despierte de ese duermevela, de ese cabreo "de minuto" de bar y sofá (que dura lo que dura la noticia de turno), con la vista puesta en el futuro y las manos trabajando en el ahora.

Porque "Si no formas parte de la solución, eres parte del problema" y desde el día que salió el SOL supimos que ya nada iba a volver a ser como antes y desde entonces, muchas luchan por ser solución.

Que al 15M lo "matan" casi a diario desde los poderes porque ni lo entienden, ni les interesa entenderlo porque un gobierno al servicio de los mercados, jamás luchará por los intereses del pueblo, porque sus beneficios son nuestras estafas.

Por cada palabra de ánimo, en la calle o en las redes; por cada desahucio parado, por cada actividad preparada desinteresadamente, por cada debate, por cada asamblea, por cada propuesta, por cada esfuerzo, por cada abrazo colectivo; por cada conocimiento compartido al procomún, por cada sueño sentido en grupo, por aprender de cada error, por cada respuesta colectiva ante desmesuradas actuaciones policiales,  por cada apoyo entre asambleas, ciudades y países, por cada asamblea que acoge a las nuevas que llegan, por cada flor y cada libro, por cada frase plasmada en pancarta para concienciar, por las que sabemos que juntas sí podemos, por ser diferentes, por la alegría regalada, por cada foto o vídeo, por cada persona que siente, vive y hace suyo el 15M para después compartirlo, por participar  y defender lo que es de todas.

¡¡¡GRACIAS POR ESTE AÑO!!!

4/5/12

Primavera en tu ventana

Llueve. Al fin.

Las tierras de Castilla necesitaban lluvia y mis macetas también.
Llevo semanas escuchando a paisanas y paisanos decir que no hay nada como el agua que cae del cielo. Que ya puedes regar, pero nada como las gotas de lluvia para sacar adelante los cultivos. Y no les falta razón, mis margaritas han brotado para recordarme que aunque no haga buen tiempo, es primavera.

Llueve. Con fuerza.

Golpeando los cristales. Un gorrión se refugia bajo las macetas que cuelgan de la barandilla de la terraza. Y entre las gotas se cuela granizo. El viento sacude
plantas y toldos y cambia la dirección de la lluvia, haciendo saltar de un lado a otro al gorrión. Graniza. Mis margaritas se han cerrado, no quieren perder sus pétalos. Desaparecen las piedritas blancas que caen del cielo.

Llueve. Aún.

Las nubes han cubierto mi horizonte, las nubes oscuras. Cargadas con agua que cae del cielo
para besar hojas, tallos, pétalos. El viento sigue silbando y la lluvia golpea el balde que he puesto para recoger la verdadera agua bendita. Esa que resucita el verde que el campo había perdido y a destiempo comenzó a encontrar.

Deja de llover. Se cuela un rayo de luz. El sol parece un candil, que al viento titila y que tan pronto te da luz como te deja a oscuras.

Llueve. De nuevo.
Primavera en tu ventana.

caracolcolcol by @albitaklein