Relatos breves I

Imagen: Joan Fontcuberta. Sense Títol, 1972


Todavía recuerdo, como si hubiese sido hace
un rato, una de nuestras muchas conversaciones
en el coche (de esa mala época que pasé), en
la que me decías: "Cuída a tu familia, que
ellos son los únicos que nunca te van a fallar"
Y hacías mucho hincapié en ello.

Tiempo después, me parece que fue con
premeditación y alevosía, (incluso con nocturnidad,
pues el sol ya había caído). Como si hubieras
sabido que tú, también te ibas a marchar,
sin dejarme claro si tu despedida era
un adiós o un hasta luego.

esta tarde..

Hoy, he escuchado por la ventana: “cruci”, y no he podido evitar sonreír. Y no he podido evitar que un trillón de imágenes se amontonaran en mi cabeza. Me he retrotraído a mi infancia, cuando el parque era parque y en la carretera podíamos jugar al tenis, porque apenas pasaban coches y no iban como locos.
Cuando el jaleo, las risas, los llantos, las costras en las rodillas, eran lo que le daba vida al barrio o a la urba. Cuando lo peor que te podía pasar era que te encontraran jugando al escondite, que vinieran y te cambiaran los pasos del baile que estabais inventando o que te llamaran para merendar o cenar y tenías que dejar de jugar. Cuando no distinguías jugando a "liebre" a dos de tus amigas por llevar el pelo cortado igual a tazón, te equivocabas y habías “roto olla”.
Es increíble, todo esto se me ha amontonado en el pecho y me ha producido una felicidad infinita. He recordado el truque, jugar a Pi, moros y cristianos, la vuelta a la casa, creernos verano azul con las bicis, asustar a la gente saliendo de cajas de cartón, peleas con globos de agua, tirahuevos, tomatitos, las carreras de chapas, las judías de los árboles del parque, venderle al vecindario todo lo vendible en chiringuitos (siempre hemos sido titiriteras) remojones con manguera, dar vueltas “a la manzana”...
He recordado todo eso sólo con estar inmensamente aburrida haciendo un trabajo que puede suponer el fin de una etapa, y escuchando por la ventana “cruci”. Desde luego, hay palabras que marcan. Y hay recuerdos que te alegran una tarde así.

AUTOCRÍTICA

Es muy fácil hacerse héroe o heroína en tierra de nadie o viniendo de tierra de nadie. Es fácil parecer valiente, de verdad que lo es.
Es sencillo parecer una persona que lucha por los demás, que hace algo por cambiar las cosas, que aporta su granito de arena para hacer montaña en este loco mundo.
Es simple y cómodo, juzgar desde nuestra mente occidental, cuestionarlo todo superficialmente, sin entrar en el fondo de la situación.

¡Qué facilidad tenemos para parecer personas importantes e imprescindibles, sin las cuales, no sé que sería de este mundo!

Pero lo cierto es que cada día que pasa, aumenta a pasos agigantados el individualismo, (está de moda no querer conocer a tu vecina, o querer vivir fuera de la comunidad, obviando que somos seres sociales). Se nos olvida a diario mirar a los ojos a las personas con las que nos encontramos. El interés que te puede suscitar lo que ocurre en el mundo, si es que te interesa, se acaba cuando te suena el teléfono móvil o te llega un mensaje en tu facebook. Nos cuesta comprometernos con algo o alguien (y no en el sentido de pareja).

Ese es el problema, COMPROMETERNOS. Todo se convierte en efímero, fugaz, líquido (como diría Bauman), provisional, puntual... Es nuestra manera de relacionarnos, y nuestra manera de entender lo que nos rodea.

Comprometámonos con nuestros valores, con nuestros ideales, no los llevemos de estandarte o de bandera. La constancia es necesaria para cambiar las cosas, si no aderezamos el compromiso con constancia, de nada servirán los esfuerzos empleados.



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'Artista no es el que canta o pinta,
sino el que hace de su vida un arte'
Concha Buika


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