24/9/10

esta tarde..



Hoy, he escuchado por la ventana: “cruci”, y no he podido evitar sonreír. Y no he podido evitar que un trillón de imágenes se amontonaran en mi cabeza. Me he retrotraído a mi infancia, cuando el parque era parque y en la carretera podíamos jugar al tenis, porque apenas pasaban coches y no iban como locos.
Cuando el jaleo, las risas, los llantos, las costras en las rodillas, eran lo que le daba vida al barrio o a la urba. Cuando lo peor que te podía pasar era que te encontraran jugando al escondite, que vinieran y te cambiaran los pasos del baile que estabais inventando o que te llamaran para merendar o cenar y tenías que dejar de jugar. Cuando no distinguías jugando a "liebre" a dos de tus amigas por llevar el pelo cortado igual a tazón, te equivocabas y habías “roto olla”.
Es increíble, todo esto se me ha amontonado en el pecho y me ha producido una felicidad infinita. He recordado el truque, jugar a Pi, moros y cristianos, la vuelta a la casa, creernos verano azul con las bicis, asustar a la gente saliendo de cajas de cartón, peleas con globos de agua, tirahuevos, tomatitos, las carreras de chapas, las judías de los árboles del parque, venderle al vecindario todo lo vendible en chiringuitos (siempre hemos sido titiriteras) remojones con manguera, dar vueltas “a la manzana”...
He recordado todo eso sólo con estar inmensamente aburrida haciendo un trabajo que puede suponer el fin de una etapa, y escuchando por la ventana “cruci”. Desde luego, hay palabras que marcan. Y hay recuerdos que te alegran una tarde así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario