1/3/11

Relatos Breves II


"Llega la noche, Lua se dispone a descansar en la cama y su cabeza centrifuga como lo hace una lavadora. No son mareos. Las musas (o los musos) le soplan centenares de ideas, de frases, imágenes, fotografías..

Su cabeza se vuelve una cesta llena de retales de creatividad y de novedades. Salen las estrellas y su inspiración se desborda. La imaginación fluye como lo hace un río con el deshielo de las cumbres. Pero se dice: -¿Cómo te vas a levantar ahora y te vas a poner a escribir? Acabarás toda la noche en vela y mañana no habrá nadie que te levante-. Y fruto de su pereza o de su nuevo sentido del deber, el despertador o borra todas esas ideas o el amanecer hace que ya no le parezcan tan geniales.

-No podría sacarle el mismo partido a esa idea que he conseguido que mi olvido no se lleve- se dice al despertar.

A la noche siguiente, ocurre lo mismo. Y así el tiempo le robó un par de semanas. Y como el mito del eterno retorno, al amanecer todo había sido quemado. Sus musas son de hábito nocturno, como los erizos.

Acabarás por perderlo si no haces algo- le dice un amigo con el que comenta su desazón- al menos, deja una libreta en la mesilla y haz que por la mañana esas ideas sigan siendo las mejores."

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